lunes, 15 de abril de 2013

Discriminación, hipocresía y sociedad



Larry flynt: el hombre del escándalo
Durante mucho tiempo la sexualidad se ha convertido en un tabú para la sociedad. Los hombres y mujeres con doble moral juzgan, castigan y censuran el sexo entre dos personas, como si fuera éste fuera un acto de lesa humanidad. Caso contario con la guerra, que siempre ha sido vanagloriada por la sociedad, dando el calificativo de héroes a los asesinos que van a luchar por intereses políticos de unos pocos, vándalos que asesinan sin remordimiento y le quitan la vida a otro ser humano sin saber el verdadero sentido de aquellas hecatombes que se presencian en la guerra. Larry Flynt fue un hombre que luchó contra la doble moral de la gente y que quiso embellecer el arte del amar. Es valioso encontrar hombres que se enfrentan a la sociedad defendiendo sus ideas, Larry Flynt es uno de ellos, demostró con argumentos y sin violencia el porqué de sus actos y también demostró la hipocresía de la sociedad, que muchas veces pareciera que estuviera al revés. ¿Quiénes somos para escondernos mientras nos amamos y para mostrarnos mientras matamos? Parece que la vida está llena de contradicciones o simplemente la sociedad está ciega.

Tierra Fría
La mujer siempre ha sido apartada de la sociedad como un ser funcional, a lo largo de la historia se ha obligado a la mujer a los quehaceres caseros y a servir al hombre que en medio de su egoísmo y egocentrismo la ignora como ser humano. Bien construido está el papel de la mujer en los relatos de Virginia Woolf, donde se muestra a la mujer como una sirvienta del hombre que no tiene la capacidad intelectual para superarlo. ¿Qué sucede cuando una mujer rompe con desdén ese marco en el que está encuadrada? Sufre ataque por los miserables hombres que se siente amenazados por el poder que una mujer guarda en su ser. Josey Aimes luchó contra todo ese atropello de género hasta el final sin importar sus condiciones como mujer ni el abandono por parte de todos los que los que la rodeaban durante el proceso. La valentía de esta mujer demuestra que todos, hombres y mujeres por igual, tenemos un poder impresionante para alcanzar metas y romper paradigmas. En vez de generar franjas divisiorias entre géneros, deberían unirse, tanto hombres como mujeres, para empezar a construir una sociedad igualitaria.  


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